Cómo hacer una tarta de queso cremosa por dentro y firme por fuera
on May 04, 2025

Cómo hacer una tarta de queso cremosa por dentro y firme por fuera

Prueba y error.
Así es como nació Maritta. Y estoy bastante segura de que también el 99% de marcas de tartas de queso surgieron igual.

Hay infinitas posibilidades, formas y texturas de tartas de queso. Pero si quieres darle ese toque cremoso, es clave entender qué papel juega cada ingrediente principal.


El papel de cada ingrediente en una tarta de queso

Nata

  • Aporta ligereza a la mezcla.

  • Hace que quede menos densa.

  • Suaviza la acidez del queso crema.

Azúcar

Más allá de lo obvio (el dulzor), tiene otras funciones:

  • Aporta equilibrio de sabor.

  • Ayuda a integrar mejor los ingredientes (textura más lisa).

  • Favorece el dorado exterior, si no buscas una tarta totalmente blanca.

Huevo

Son los que “atan” la mezcla:

  • Ayudan a que cuaje bien en el horno, sin necesidad de gelatina ni espesantes.

  • Aportan suavidad y consistencia. Si te pasas de horno, le dan un toque más abizcochado.

  • Añaden un punto de color y un sabor suave, pero importante.

Queso

  • Aporta esa textura cremosa y densa.

  • Es el sabor principal: suave, ligeramente ácido y muy neutro, ideal para combinar con otros sabores (como el matcha, por ejemplo).

  • También da estructura al cuajar en el horno, sin quedar duro.


¿Cómo encontrar tu receta de cheesecake perfecta?

Una vez claros los ingredientes principales, toca hacerte varias preguntas:

  • ¿Quiero que sea más cremosa o más firme?

  • ¿Uso un queso suave o combino con uno más potente?

  • ¿Con base de galleta o sin ella?

En el caso de Maritta, tiene el punto justo de cremosidad, no lleva base de galleta (ya contaré por qué en otro post) y el queso que usamos para la clásica es un queso crema suave, de alta calidad y origen español.


El queso crema: un mundo aparte

Aunque suene exagerado, el queso crema es otro mundo.
Hay muchísimas variedades y matices que cambian totalmente el sabor de la tarta.

Podéis jugar con mezclar distintos quesos según vuestros gustos. Por ejemplo:

  • En España, lo más común es usar solo queso crema.

  • En Italia, se hace mucho con mascarpone.

  • En Grecia, con feta.


Las proporciones: la clave del equilibrio

Sabiendo ya lo que aporta cada ingrediente, solo queda ajustar cantidades según lo que busques:

  • ¿La quieres más esponjosa? Sube el huevo.

  • ¿Más sabor a queso? Combina distintos tipos.

  • ¿Más o menos dulce? Ajusta el azúcar.


Consejo práctico: cómo batir y hornear bien

A la hora de batir, si usas varillas puedes montar la nata sin querer, metiendo aire en la mezcla. Eso hará que al hornear quede más abizcochada.

Si la masa sale muy líquida, probablemente quede más cremosa y necesite algo más de horno.

Y ojo con el tipo de horno. En mi experiencia personal, no he obtenido el mismo resultado (ni parecido) haciendo exactamente la misma receta en el obrador y en casa.

Un horno de gas como el de Maritta suelta mucho aire y calienta de forma más intensa, dorando más la tarta, incluso usando la misma temperatura que un horno doméstico.


El secreto está en probar

Hacer una tarta de queso es como cocinar cualquier plato:

  • Si usas temperatura muy alta y poco tiempo, se quema por fuera y queda cruda por dentro.

  • Si la haces con temperatura baja y mucho tiempo, puede quedar demasiado hecha por dentro y pálida por fuera.

El truco está en probar, probar y probar hasta encontrar tu equilibrio perfecto.


Conclusión

Así que si estás buscando la receta de tarta de queso perfecta, solo te puedo decir una cosa:
Prueba. Ajusta. Repite.
Y disfruta del proceso hasta dar con el punto que más te guste :)

Deja un comentario